jueves, 16 de noviembre de 2017

Al revés

Se partieron las brújulas y salieron volando todas las agujas. No hay dirección ni nada tiene sentido, no hay senderos ni caminos rectos, ahora perder el norte es lo correcto.

Cuestionarte todo, hasta la cordura, hasta volverte loco y no distinguir lo posible de lo imposible, deformar tanto los límites hasta que todo se vuelva un cuadro abstracto en el que nadie consiga ver lo mismo, convertirte en una marioneta en un amasijo de hilos que no haya quien gobierne.

 
Tengo un corazón que es una veleta en un tornado, marcando diez direcciones por segundo y en cada giro quiere comerse el mundo, pero sin moverse de su puto campanario. Me han arrancado, soy un trozo de hierro surcando el cielo y donde caigo mato y muero, hasta otro vendaval y otra tormenta que me arranque de la tierra con todo lo que lleve a cuestas.


Soy una bola de demolición hecha de arcilla fresca y en cada embestida destrozo y salgo herida, con cicatrices y marcas nuevas, deseando la velocidad y el impulso y temiendo el golpe y la caída.


Voy por la vida a ciegas con un mapa anticuado, voy tocando paredes hechas de clavos para orientarme, cada paso tiene un poco de esperanza y un poco de sangre, aún así prefiero avanzar que pararme.


Correremos a la vez hasta la tierra y el cielo, correremos tan alto y volaremos tan bajo que nos convertiremos en ese inalcanzable imposible. Seremos, para el loco de mirada mágica y el niño inocente, esperanza , sueños y alegría. Seremos inalcanzables, nos llamarán horizonte.


Dejaremos de mirar la estrellas polar, nos arrancaremos la ropa, los complejos, las ataduras, perderemos de vista los faros, estrellaremos los barcos, pero tocaremos tierra. 


Perseguiremos estrellas fugaces cargadas de deseos con la velocidad de rapaces, seguiremos soñando hasta que por fin nos creamos capaces, hasta que nos creamos inmortales y podamos vivir sin miedo al futuro, sin miedo morir, teniendo la sana certeza de que pase lo que pase, todo saldrá bien...

lunes, 24 de abril de 2017

Y los duendes huyeron al norte...

Cuenta la leyenda que en tiempos antiguos, cuando la magia campaba a sus anchas y magos y druidas aún eran respetados y conocidos, los bosques eran lugares llenos de hadas y duendes, dispuestos a maldecir al malvado, a bendecir al bueno de corazón y a jugar y ser la alegría y la guía de todo niño perdido. 

Dice la leyenda que cuando los niños crecían, se alejaban de sus sueños, dejaban de imaginar que podían volar y se centraban en la aburrida realidad, un duende o un hada salía de ellos y huía a la arboleda más cercana, allí con la primera lluvia se limpiaba toda esa madurez, recuperaba su poder y se dedicaba a jugar de nuevo con la magia a hacer árboles de tamaños, formas y colores imposibles...

Cuentan que a medida que la humanidad fue envejeciendo y se fue alejando de la tierra, viendo bosques tan solo como recursos, ríos como energía y los animales como caza, cuando envolvieron sus corazones en cemento y talaron toda arboleda que quedara cerca de lo que ellos llamaban civilización, los duendes y las hadas cada vez que salían de un niño o una niña tenían que huir cada vez más al norte...

Cuentan que en las tierras del norte de España encontraron duendes y hadas gente afable que aún respetaba los bosques, que aún cuidaba que nadie maltratara las arboledas. 

Dice la leyenda que algunos en gratitud por encontrar en esas tierras algo llamado hogar, regalaron a las gentes de esas tierras instrumentos desconocidos de sonidos agudos y felices, que contenía la magia y la felicidad de sus risas. Cuentan que duendes y hadas se esforzaron por dotar a esos bosques de una belleza sin igual, de tamaños enormes, de formas mágicas y colores imposibles sacados de los sueños y la imaginación de los niños...

domingo, 26 de marzo de 2017

Invisibles

Ella decía que éramos invisibles, yo estaba convencido de que el mundo llegaba a desaparecer. Ese truco de magia donde beso a beso, caricia a caricia, espantábamos al frío hasta que contra las ventanas del coche nos ocultaba haciendo cortinas de vaho. Era entonces cuando nuestros cuerpos se hacían praderas y nuestros manos corceles desbocados llamados libertad, que sólo deseaban galopar. 

El mundo se volvió fácil, amable, no hay quien se arme para la guerra contra una sonrisa satisfecha. 

No había malentendidos porque no había nudos en la lengua, no había nada que no soportara la confianza. 

Había ganas de tanto cogidos de la mano, que pronto se atrevieron a jugar con el futuro y moldearlo con formas del próximo verano...

Lo mejor de estar juntos no sabía si era la confianza, hacerse invisibles,  hacer el mundo desaparecer, otros superpoderes... O esa sensación de saber que todo podía salir bien, que juntos podían ser héroes.

Sólo esperaba que todo fuera verdad, que no se quedara en un simulacro, en una sensación,  que el tiempo les diera la razón...


domingo, 5 de febrero de 2017

Hablando con Daniel (Dan)...

Al principio sólo quieres amar...

Sólo quieres una tormenta que te desordene la vida entre lluvias de caricias, una persona donde dejar tus miedos, una persona en la que dejar esa huella que pare su mundo y su vida cuando todo va demasiado deprisa. Un tornado apasionado de abrazos y nudos de piernas en una cama, de esos que ya no sabes donde empieza el uno y donde acaba el otro, de esos que giran tan rápido que parece un infinito de amor y cariño. Un tornado que se calme en huracán y acabe en una estúpida rutina que te salve cada fin y cada principio de semana, y siempre acabe dando una linda flor que te recuerde una primavera cada día.

Después te conformas con una noche que te sepa a una vida entera, con una desnudez que te caliente la confianza, que te obligue a amar como si te jugaras todo, aunque al final se quede en algo, o incluso en nada.

Por último, te crecen barrancos en cada costado y te sientes solo. No sabes si estás muy alto o muy bajo, sólo sientes que todo está lejos y que las caricias no te llegan.

Y al final, empiezas a fijarte en la vida. Recuerdas la infancia, cuando no ibas detrás de nadie, sólo de la alegría. Cuando todo dependía de cómo tuvieras la imaginación de agitada. Y entonces recuerdas lo básico, recuerdas que todo depende de una sonrisa, de tu sonrisa, que quizás el día no sea tan malo si recuerdas y cantas esa canción. Que quizás el día sea bueno si recuerdas cómo era eso de bailar. Que quizás estar enamorado no sea la vía más rápida hacia la felicidad, ni la única.

Y entonces te sorprendes a la caza de emociones, te sorprendes mirando viajes, mirando miradas y descubriendo personas igual de perdidas que tú ahí detrás. Te sorprendes disfrutando la magia de las pequeñas cosas, puestas de sol y amaneceres, lo grande de un cielo estrellado. Puede que decidas saltar al vacío atado en una cuerda, puede que decidas ir a un concierto a gritar canciones hasta quedarte afónico, puede que decidas jugar a volar en parapente... 


Puede que lo mejor sea decidir vivir como si hubiese un mañana, pero sin preocuparte tanto por un largo plazo que te ha tenido reservado tanto tiempo para nada. Tengo un amigo, Daniel (Dan), que dice que lo mejor es vivir, siempre que no haya circunstancias afortunadas como un hijo que te estire los futuros mucho más, como si el mundo se fuese a acabar en cinco años. Cinco años es el tiempo justo para quitarte el miedo a vivir con reservas. Somos anticigarras, si ese bicho apenas reservaba comida para un invierno, nosotros con nuestros miedos, anticipos y pánicos, somos incapaces de disfrutar el verano si no tenemos comida y todo cubierto para los próximos veinte inviernos...

Habría que vivir sin cuestionar los sueños, sin esa guillotina que va con el peso de una supuesta madurez que lo único que aporta es una rendición avalada por la mayoría. Es increíble, pero así es, nunca he oído nada bueno de la madurez. Si una persona se ríe mucho, baila o canta por los pasillos, si una persona bromea, si una persona le da por salirse del carril, le acusamos de inmadurez. Quien quiere cambiar algo siempre es un "iluso", un "ayyy alma cándida", un "¡Idiota! Eso ya está inventao"... Hasta que llenan teatros o museos, los artistas siempre son "infantiles, inmaduros muertos de hambre que no tienen con qué ganarse la vida". Los revolucionarios antes de tumbar regímenes fueron "rebeldes sin causa, niños consentidos, que no tienen donde caerse muertos". 

A partir de cierta edad soñar a lo grande está prohibido, y lo peor, es que está bien vista una rendición antes de intentarlo, ya hay una serie de excusas universales que dejan bien visto un intento que no ha empezado. 

Cuando somos niños para cambiar el mundo sólo nos falta la independencia del adulto... Volvamos a pensar como antaño, ya no nos hace falta nada más, todo lo que hay ahora son excusas...



sábado, 28 de enero de 2017

Ilusión

Tenía una autopista de besos que iba de su cuello a sus pechos, un cuerpo que gritaba "fóllame" mientras ella susurraba con esperanza un "quiéreme" que casi nadie se paraba a escuchar.

Tenía esa ilusión en la vida que le permitía saltarse los caminos marcados, saltar de sueño en sueño e ignorar el tiempo establecido para los que eran demasiado humanos.

Tenía el poder que da el que nunca le hayan hablado de que no tenemos alas, era un hada que tejía la esperanza con una pasión al hablar, que el mundo acababa rendido a la evidencia y sus deseos eran realidad.

Tenía el poder de imaginarse la vida sin condiciones y sin miedos, y así poder rebañar de ella hasta el último recoveco.

Si la veis no dudéis en hablar con ella, abrazarla y quedaros cerca, lo mejor de su ilusión por la vida, es que es una locura contagiosa.