viernes, 27 de febrero de 2015

La risa de mis sobrinos

La risa de mis sobrinos no es como la de los adultos, que empieza como una sonrisa y después, se rompe en una carcajada con el sonido de diez carnavales, y eso quien tiene una carcajada orgullosa como mi familia. Cuando están en plena carcajada, mis sobrinos no lanzan miradas fugaces en busca de aprobación o complicidad.
Las carcajadas de mis sobrinos son mágicas, brotan de dentro y no buscan otras miradas, tienen el encanto de saberse protagonistas.
Salen al vuelo como el canto a coro de mil golondrinas,  aparecen y son carnavales, noches de verbena, celebración encantada de San Juán en noche de luna llena.
Hay dos hogueras en sus ojos prendidas de ilusión, y si las miras, están más cerca los sueños y la alegría. Y ya no eres el tío, eres hechicero, porque ahora funciona la magia, puedes protegerte con "Escudo" y detener el tiempo, y el hasta entonces imparable mundo, con la palabra "Hielo".
Y a cuatro patas eres un monstruo horrible que los persigue, y no huyen con miedo, huyen dejando un rastro de felicidad que se desborda en cada risa cuando consiguen sacarte un pasito de distancia, huyen con la alegría de saberse héroes ganadores de su cuento. Porque no les va sufrir, y cuando les pisas los talones, se dan la vuelta y te gritan "Fuego". Entonces pasas a ser ceniza y a retorcerte en el suelo con gritos dignos de la peor peli de serie B, en vez de seguir siendo ese terrible monstruo. Pero no pasa nada. Con esa sonrisa de héroe de su historia, te resucitan y te meten en otro cuento, donde serás malvado villano, digno córcel o afortunado compañero, por supuesto siempre menos fuerte que ellos. Que a esta edad los príncipes y princesas son héroes rescatadores, y no necesitan ser rescatados por nada ni nadie.
Así estamos en mi familia, deseando hacerles felices para hacer brotar la magia de sus carcajadas, incluso más por nosotros que por ellos, que nos gusta sentir la magia, ser malvado villano, digno córcel o incompetetente compañero. Sentirnos de nuevo hechiceros, y saber que si algo va mal, aún podemos parar el mundo y bajarnos de él a la orden de la palabra "Hielo"...

domingo, 22 de febrero de 2015

Nadie debería caminar para llegar donde no quiere estar.

Cada piedra que quito del camino que he elegido, la pongo en el camino que siempre he querido. 

No hubo cañones en la sien ni cuchillos en el cuello, sólo hubo alguien que guiaba mis pasos, quien a un paso en una dirección que se le antojaba incorrecta, ponía las fuerzas en que lo rectificara. 

No hubo cañones en la sien, ni cuchillos en el cuello, pero eso no hace que la dirección sea elegida.

Ahora estoy a unos metros de acabar el camino, tan solo unos pasos, pero ya estoy cansado. No sé si cansado o con una rebeldía, tan fuerte como estúpida, que no quiere que acabe cuando queda sólo medio suspiro. 
Y así me quedo a medio suspiro del elegido y a mil piedras y suspiros del querido, cada día con menos fuerza e ilusión, venciendo al cansancio del día a día por pura rutina. En una encrucijada que se va tragando mi vida día a día. Primero un día, después una semana, después un mes, después un año...
No hubo cañones en la sien, ni cuchillos en el cuello, pero eso no hace que la dirección sea elegida.


Cuando vaya en juego parte de tu vida, silencio. Me da igual si lo llamáis destino, corazón, sabiduría o intuición, pero por favor, dejar que ellos sean vuestra única guía.
Si alguna vez tenéis esa revelación de saber qué camino os gusta, tomarlo, disfrutarlo, mimarlo. Coger esa idea entre las manos y los dientes, tirad de ella y que nadie os la quite jamás.
Si tenéis esa revelación de saber que un camino os disgusta, que cada bocanada de aire se hace más pesada, os envenena. Cada paso pone más plomo en los pies... Sentaros, respirar y mirar otros caminos. 

Puede que sean más difíciles, puede que haya más piedras en el camino, puede que sean más largos. Pero cada paso será dulce, como los días que preceden a la llegada de las vacaciones, cada uno que pasa lo tachas con gusto pensando en la recompensa.
 
Los caminos se hicieron para llegar a algún sitio, nadie debería caminar para llegar donde no quiere estar.

sábado, 21 de febrero de 2015

Declaración de intenciones.

Pienso exigir la mitad de lo que doy, tres cuartas partes de lo que pides y todo lo que exiges. No es mucho y aún así hay quien no cumple.
Que yo hago el indio bailando por la luna, si alguna vez me visita llena, quedándose conmigo toda ella. Que no hay quien haga el indio por una luna que siempre se queda invisible, nueva, hueca... 
Para eso bailo por las estrellas fugaces que con cada vista me dejan un deseo, un regalo, un sueño. 
Y desearé un corazón nuevo, que no sepa de constelaciones, de lunas, ni bailes. Que sepa de ignorarte sin mirar si caes por el rabillo de ojo, sin preocupaciones por tu nombre. Un corazón de un hombre despreocupado, con la libertad de quien no necesita atender a nadie, sin necesidad de respuestas que le guíen cómo sentirse. 
Un corazón con una brújula que haya perdido el norte y se distraiga cazando momentos que quitan el aliento, aliento robado usado para crear vendavales que revuelvan la alegría, con la felicidad, con pura energía... Que de esa mezcla nazca una perenne sonrisa que sólo se rompa para liberar carcajadas sacadas de viejos cuentos, de esas que sólo conocen los niños antes de conocer la timidez,la vergüenza y el miedo. 
Esas carcajadas que están detrás esa magia de "escudo para siempre", de "hielo" y de ese encantamiento de dejar todo lo malo fuera de la cama, si rápido se sube la manta hasta la cabeza.
Así que aquí me presento de nuevo, con ese corazón indomable de saberse su única guía, con esa perenne sonrisa y con esas carcajadas mágicas rescatadas de la infancia.

martes, 17 de febrero de 2015

Sin saber muy bien lo que he dicho...

"Las cartas de amor se empiezan sin saber lo que se va a decir y se terminan sin saber lo que se ha dicho." 


Y es eso, igual que con odio disparas las palabras a dar, y sólo cuando ves la sangre te arrepientes, pero ya es tarde.


Con el amor las palabras se te escapan. Es como ir contra una estampida, o corres con ellas o arrollado, vas muriendo un poquito por dentro.


Y así empiezas letra a letra, palabra a palabra,línea a línea, lunar a lunar... Ya estoy perdido. Siempre me pierdo por tus lunares o por esa sonrisa plantasoles. Sea como sea, contigo o pensando en ti, pierdo comunicación con la tierra, me tiro volando el día entre soles, lunas y las estrellas. 
Colecciono las fugaces para darte los deseos. Yo me quedo tres, uno que te ate a mi cama, otro que te ate a mi alma, y la tercera estrella, que funda nuestras sombras para tenerte siempre cerca. 


Al final me pierdo, siempre es lo mismo, me has raptado medio diccionario. Si empiezo hablando de amor,cariño... acabo pensando en lo que haría contigo, y como empezaba esto, acabo sin saber muy bien lo que he dicho.

domingo, 15 de febrero de 2015

Y tendrás siempre ese brillo especial de un primer amor...

Y tendrás siempre ese brillo especial de un primer amor. Uno de esos que llegan para provocar el deshielo de todo el odio, el rencor y la resignación a estar solo, que rodean un corazón en letargo. 
Uno de esos que cuando vuelven a una vida tienen esa habilidad especial para desordenarla, siempre tienen esa habilidad para descolocar a uno y hacerle pensar en un mundo paralelo, donde todos los "y sis" confabularon para que acabáramos juntos. Y entonces se abre esa terrible brecha en forma de  pregunta: - ¿habría sido mejor así? ¿Habría sido más feliz? - y llega una débil tregua, una débil concesión hasta la siguiente embestida: -ni mejor ni peor, distinto.-
Así embestida tras embestida, rezando para que ninguna sea la definitiva, y no te haga zambullirte en un caos de preguntas para reconstruir los cimientos de una vida que te acaban de demoler y dejado hecha pedazos.  
Uno de esos amores de los que sacas fuerzas, a los que vuelves cuando se pone pesada la soledad, porque sabes que aunque sea un amor viejo siempre huele a algo fresco. Es por lo que está ahí siempre, porque fue el único que cuando te desenamoraste, tenía razones para sostenerse. 
Porque fue el único amor que tuvo la originalidad de inventarse una razón más cada día, porque fue el único que tuvo la ocurrencia de inventarse cada día un sentimiento nuevo para no caer en la rutina...

lunes, 9 de febrero de 2015

En serio te lo digo...

"Esta es la última vez que yo te quiero.
En serio te lo digo."
Me encantó esa frase tan tonta,...
Una verdad que se aguanta en pura rabieta,
rabieta que se se borra como una sombra con la primera luz de tu sonrisa,
verdad que se agrieta cuando no tiene rabieta que la aguante,
y de las grietas brota una nueva verdad como flor de primavera rompiendo la tierra seca.
"Última vez que te quiero más que mañana, en serio te lo digo."
Y puede que un día me de saltos el calendario y te quiera todo lo que me tocaba quererte a la semana, al mes o al año siguiente.
O puede que se me vuele el calendario y me toque quererte un pequeño infinito.

domingo, 8 de febrero de 2015

Coge mi mano o me la corto

Te doy mi mano, si quieres la coges y si no me la corto. No hay mujer digna de ella, ni vuelo que quiera hacer sin ti. Si he sentido algo antes, eran brasas comparado con esta hoguera que encendiste en San Juan. 

Aún estoy atento a ver cuándo se cumplen los deseos que me arden 
dentro. El primer encuentro, el primer beso, la primera noche contigo, la primera vez que te vea sin chándal ni vestido, la primera caricia, el primer orgasmo y el primer gemido. Irnos conociendo, llegar a saber exactamente los pasos para que llegues al orgasmo. 

Sabernos tanto, todos nuestros razonamientos, los caminos principales y los atajos. 

Coge mi mano o me la corto. Sin ti, prefiero solo. 

Puede que acabe siendo uno de esos artistas trastocados que acaban escribiendo mil poemas a su “aquella Elena” y tallando figuras de madera. O quizás acabe intentando agarrarme a cualquier mujer, diciéndole a la mínima un te quiero, que se rompa a la semana cuando lo moje el tiempo. 

Contigo o sin ti. Pero si es contigo sin reparos, sin guardarnos nada, que no haya vuelta atrás, quemando los barcos.

¡A la hoguera!

Me imagino tumbado en la cama leyendo contigo, cada uno su libro, tú apoyada en mi hombro hecho a tu forma. Me imagino cómo poco a poco tu olor me incita a dejar de leer, cómo poco a poco voy apartando mi libro y voy leyendo tu cuerpo, tu respiración,  tus gestos…me imagino cómo poco a poco la mano que te rodea empieza a acariciarte el hombro, cómo tú ya no estás en el libro y una sonrisa aparece en tus labios. Me imagino cómo poco a poco voy deslizando hacia abajo el tirante de tu vestido…

¡Y a la hoguera! Este y todos esos recuerdos ficticios, esa vida imaginada, ¡Que arda! Que deshaga la piel, queme su pelo hasta que sólo queden los huesos de una amistad fuerte, aunque comparada con la vida anhelada sepa a casi nada. A la hoguera cada caricia y cada beso. Cada cita y cada paseo. Todo queda en la imaginación y aún así duele. Pero aun así es mejor una hoguera que un sacrificio, yo no muero más por ti porque tú no estás dispuesta a morir por mí. 

Incluso me he colado en la casa de algún dios a robar tiempo para verte, y aún así no has querido verme.

Lo he intentado todo, pero es lo que tiene el amor, no gana ni quien más da, ni quien más tiene, ni quien más ama…

Yo ya no muero por nadie que no esté dispuesto a morir por mí. Y el problema no es tuyo, es mío que te he dado un aura de deidad. Para amarte estaba dispuesto a sacrificarme, y aunque ahora con el orgullo herido y patético del perdedor, digo que no. Lo cierto es que si me llegas a dar una sola señal, me habría sacrificado, habría sido tuyo vivo, muerto, esclavo a tu servicio de 
pie o arrodillado. El problema es que ni siquiera una señal me has dado.

Y te doy las gracias. Me retiro como un perdedor, sintiéndome un poco más feo, más encorvado, más viejo…Pero vivo. 

El sentimiento herido se me pasa, el corazón en tu pelo enredado, volverá tarde o temprano, cansado de que todos sus deseos acaben en la hoguera quemados.