domingo, 5 de abril de 2015

Fue una noche...

Fue una noche donde encontraron una pasión alocada que dejó su huella en mordiscos y arañazos en la espalda…Donde encontraron la ternura de caricias que cierran heridas, que ocultan cicatrices y desechan complejos… Donde encontraron el amor que hizo dos cuerpos ideales el uno para el otro, que a partir de ahí, cualquier cuerpo sería más bajo o alto que el de ella, cualquier cuerpo sería más gordo o flaco que el de él, esa noche se convirtieron en modelos. En sus ideales. Donde exhaustos y desnudos alma y cuerpo hablaron de todo, reinó la confianza, y en ese reino esa noche fue de mágica fiesta, comieron perdices y fueron felices.

Esa noche se tumbaron y se amaron hasta que les encontró el día, con la lujuria desbocada de quien ha encontrado todo lo que ha pedido en la vida, en cada tarta de cumpleaños, en cada estrella fugaz, simplemente la felicidad.


Tenían esa ilusión de quien empieza una historia, de quien empieza una vida porque encuentra a su papel coprotagonista. Da igual la obra, da igual el lugar, los guiones se adaptan, los escenarios se construyen, lo importante para una historia es la felicidad, el amor y el personaje coprotagonista, y los dos en esa cama, se amaron con la certeza de haberlo encontrado. Sólo el tiempo les quitaría o les daría la razón…

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