lunes, 20 de julio de 2015

¡Vivid con reservas para el futuro, pero no reservados por el futuro!

Érase una vez un reino llamado Zaladema.
En este reino vivía un rey sin reina.
El rey, preparando el castillo para cuando una princesa que le gustase llegase, ordenó bañar el suelo del castillo en oro y que no se pisara jamás, bajo pena de muerte. Su reina, fuese quien fuese, merecía estrenar este tesoro, pensó. Y el pueblo, bueno, el pueblo podía acceder a la entrada del castillo y a la sala del trono a verle.
El rey ordenó que hiciesen las ventanas de diamante, su reina sería la más hermosa, sólo una joya preciosa merecería el honor de devolver su reflejo.
Su mayordomo, ya amigo por el poder que concede tanto tiempo juntos, se atrevió a preguntar preocupado: 
- Señor, ¿y si no llega?- 
El rey sonrió confiado y respondió: 
- Llegará-
Así pasaron los años, oro y más oro cubrió cada trocito de palacio. Se hicieron salas de fiestas con gemas en cada columna donde no se bailaría hasta que no llegase la reina. El pueblo, al fin y al cabo, podía bailar en la sala donde siempre se había festejado. 

Años y años pasaron hasta que la vejez llegó a nuestro rey. Cuando se fue la esperanza de que llegara su reina, una reina prometida por nadie, también se fue su salud y llegó su muerte.
El mayordomo, cuando el rey murió, leyó su testamento e hizo lo que en él le indicaba.
Reunió al pueblo en la plaza y leyó las últimas palabras de su majestad:
"Querido pueblo.
Os escribo más como muerto que como rey. Ya que la sabiduría me la dio la muerte, no la corona.
¡Vivid! No reservéis derechos a desconocidos, por buenos que puedan llegar a ser, que no les dáis a conocidos, que ya sabéis lo buenos que son. El corazón tiene el capricho de olvidar a los conocidos, si no los recompensáis con el corazón, hacedlo con la cabeza, valorar gestos. 
¡Vivid con reservas para el futuro, pero no reservados por el futuro!
Tras ver nuestras sobradas arcas, sólo me queda predicar con el ejemplo, aunque sea tarde después de muerto. Decreto una semana de fiesta día y noche por cada rincón de palacio, vengan todo músico y artista al reino, es hora de celebrar todo lo que no he vivido"

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