domingo, 1 de marzo de 2015

Cicatrizada

La vi y me toqué donde estaba la herida, fue por puro instinto, como cuando cierras los párpados cuando te tiran algo a los ojos. Una respuesta rápida y natural. 
De pronto les vi a los dos, acercándose, besándose, y me preparé para que un relámpago me destrozara el cuerpo, me quemara algo por dentro. Me dejara desnudo, temblando de miedo, de celos, de impotencia frente al mundo.
Pero no fue así, sólo llegó ese sudor frío que acompaña a la tensión del cuerpo, cuando un golpe, se queda en susto. Esperaba sal y alcohol en la herida, sentirme al rojo vivo, pero no hubo nada. Me toqué la herida y estaba cerrada, sólo un pequeño parche de piel por encima que indicaba que estaba cicatrizada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario