jueves, 21 de mayo de 2015

Amores fugaces

La ciudad está llena de amores pequeños,discretos por fuera, pero que remueven cada día a millones de personas por dentro. No les dedican películas, no les dedican libros... Ya algo se merecían.

Hay amores que son fugaces, como estrellas que dejan su estela marcando todo con su luz, marcando todo a fuego, aunque duran lo que dura un deseo en deshacerse. Lo que tarda la imaginación en inventarse mil futuros que se desmoronan porque se apoyan en el valor que nos falta...

El valor que me faltó para acercarme a aquella enfermera que veo cada día en el puesto de control, con sus ojos de gata, con su piel morena encantada por la luna  para robar todas las miradas, con la sonrisa ilusa cargada de sueños, lista siempre para robarme el alma...

El valor que me faltó para conocer a esa mujer fatal, que reuniendo todos los trozos secos de un corazón que ya la han roto, se forma una coraza color carmín rojo. Desafiando con cada mirada al mundo, quitando el disfraz a todos los lobos que van de cordero, que a ella ya no se la dan. Pero a fuerza de dolor, como acto reflejo, no deja que la acaricie ni el frío en invierno, ni el calor del verano. Nadie la dijo que un corazón que no siente, acaba muerto, y poco a poco, le queda cada vez menos oxígeno. 

Hay amores de libro, de cuento, que se quedan en el tintero. Todo por no ser capaces de dejar de temblar, de levantarnos decididos y empezar a escribir la historia. Pero quién se impone a esa mirada, quién se impone a los miles de futuros que podemos perder... El futuro es una de las pocas cosas que nos sienta peor perderlo, que darlo por perdido.  

Esto va por esos amores que duran los mil futuros que caben en cada pestañeo. Esto va por esos amores que nos marcan un día, pero nos dejan sonriendo como idiotas como si fuesen el amor de una vida, cuando al día siguiente, los habremos olvidado...

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