viernes, 15 de mayo de 2015

Mi cara tiene marcas

El otro día estuve hablando con unos compañeros de un curso. Hablamos de la apariencia y la edad, en concreto de la cara, vino a cuento porque uno de los compañeros es doctor esteticista. Les miré y aparentaban 28 años, aunque tenían treinta y muchos. Lo mejor es que con mis 26 años, pensaban que yo era de su edad, a lo que me dijeron que era normal porque no usaba cremas, no me cuidaba la piel. 

Por la noche llegué a mi casa y me miré al espejo, lo pensé y me dije, jamás. Mi cara tiene marcas, que me hablan de mi vida. 

Tengo unas ojeras que dicen que duermo poco, que hablan de que no me gusta dormir, que hablan de todo el tiempo que me he tirado dando tumbos en una cama pensando en ti, en mí, en otros "tis" anteriores a ti, en mil maneras de salvar el mundo, en mil maneras de salvar mi mundo...

Tengo una piel seca que habla de horas jugando en un parque, que hablan de horas jugando al baloncesto, al fútbol, que hablan de horas tostado al sol, no es una piel tersa, es una piel gruesa que ha sido maltratada a base de caricias de aire frío o un sol caliente. 

Tengo unas marcas que hablan de varicela, tengo otras cicatrices que hablan de caídas, golpes y travesuras, tengo marcas que gritan mi infancia.

Tengo una piel que habla de mí y de lo que soy. No quiero borrarme la edad, las marcas ni las cicatrices... 

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